Liza Zajac de Novera, sobreviviente de Auschwitz, visitó el Colegio

En el marco del proyecto académico La shoá, pasado y presente una mirada desde la escuela secundaria, Liza Zajac de Novera, sobreviviente de Auschwitz visitó nuestra Institución. Estuvieron presentes la Directora Prof. Ana María García Munitis, la Vicedirectora Prof. Verónica García, el Prosecretario de Extensión Prof. Pablo Corbetta y el Profesor Diego Larregina quien organizó la actividad.

En el Salón de Actos del Colegio, Liza Zajac de Novera brindó su testimonio para los alumnos de 5° año quienes visitaron el Museo del Holocausto durante los meses de mayo y junio. Previamente los estudiantes vieron el documental realizado por la Universidad de La Matanza “Las mujeres de la Shoá”. A partir de estas actividades reflexionaron acerca de los totalitarismos y la democracia.

La primera instancia de este proyecto consistió en un abordaje áulico, mientras que esta segunda etapa hizo hincapié en la importancia del estudio del pasado reciente para mantener viva la memoria, formar ciudadanos críticos y de libre pensamiento comprometidos con la realidad en la que viven.  Para finalizar el proyecto, el objetivo es que los alumnos lleven sus conocimientos, lo aprendido y reflexionado sobre el tema a los alumnos de años inferiores, quienes en el futuro  formarán parte de este proyecto.

Liza (Lea) dejó un mensaje a os jóvenes: “Les cuento todo esto en nombre de los que fueron acallados: mi familia, mi pueblo.Saquen sus conclusiones, luchen contra la discriminación de cualquier tipo. La ley primera es decirle no a cualquier tipo de totalitarismo, pongan su granito de arena, tienen que tratar de contar todo esto. Nunca más la Shoá”. 

Compartimos un artículo realizado por Liza Zajac de Novera en el año 2009. Hoy esta sobreviviente tiene 88 años. Publicado por el diario Clarín.

“Esto no nos pasó sólo a los judíos”

Soy sobreviviente de Auschwitz. Llevo tatuado en mi brazo izquierdo el número 33502 que me quitó mi adolescencia y mi identidad. Viví dos años en el Ghetto de Pruzany, cerca de Bialistok, Polonia (mi ciudad natal) donde padecimos miseria y hambre. Llegamos el 2 de febrero de 1943 luego de viajar cinco días hacinados en vagones de ganado, sin agua ni comida, haciendo nuestras necesidades en un rincón. En el viaje, mi tío pidió agua por la ventanilla y los nazis lo mataron de un tiro en la frente. Al llegar, llevaron a mis padres y mis dos hermanos a las cámaras de gas. Los menores de 18 estaban condenados a la muerte. Yo, con mis 16, y un tapado que me hacía parecer mayor me mezclé entre las mujeres destinadas al trabajo forzado. Nos levantaban a la madrugada, con un trapo como vestido, tiritábamos. Sólo tomábamos un brebaje como café y un trozo de pan que parecía arcilla. Los primeros meses fueron terribles. Una vez sentí un dolor en la pierna y debí ir a la enfermería, la antesala de la muerte. Una noche, Mengele me tomó del brazo con sus dedos largos de araña venenosa y dijo mi número para mandarme al día siguiente a la cámara de gas. Me salvó una doctora rusa, prisionera de guerra: me tachó de la lista y me reemplazó por un muerto. Su nombre era Lubov, que en ruso significa amor.

Estuve en la Marcha de la Muerte. Los rusos nos liberaron a orillas del Río Elba, el 23 de abril de 1945. Dos años después llegué a Argentina, vía Uruguay, de manera clandestina. Soy viuda, tengo 82 años, dos hijos y cinco nietos. Soy una de las primeras socias del Museo del Holocausto de Buenos Aires.Esto no nos pasó sólo a los judíos, le pasó al mundo.

Liza (Lea) Zajac de Novera
sobreviviente