El calefón solar creado por alumnos se impone en dos escuelas y un asilo

Nació en el laboratorio de Química del Colegio Nacional “Rafael Hernández”. Se corporizó en el taller de Electromecánica de la Escuela Técnica 3. Hoy provee de agua caliente a una escuelita rural de Ranchos. Pronto alimentará al laboratorio del establecimiento de 1 y 49 y a espacios del industrial de Los Hornos. Y en el Hogar de Ancianos de Berisso lo esperan con los brazos abiertos para calentar el agua y calefaccionar las habitaciones mediante radiadores. Se trata del calefón solar que crearon alumnos y docentes de ambas instituciones con apoyo de centros de investigación del Conicet y la CIC. Siempre trabajando a contraturno. Porque se trata de una iniciativa científica, solidaria y voluntaria. Son chicos y chicas que, literalmente, hacen escuela.

“Como ex alumno, me parece increíble que toda el agua que se utiliza en el histórico laboratorio del colegio se vaya a calentar con luz solar”, comentó un preceptor de unos 40 y pico.

Diego Peña, profesor de Química, investigador y puntal del proyecto desde su génesis, allá por 2012, contó que “la idea superó las expectativas, porque llegó a contar con alumnos a quienes no les gustaba nada la materia pero venían por el componente solidario, y con otros que no pensaban seguir la universidad y lo hicieron a partir de este trabajo”. Y apuntó que la posibilidad que “se abre con el Hogar de Ancianos de Los talas, en Berisso, es un aliciente enorme”.

“Hubo obstáculos, pero cuando un proyecto educativo busca ayudar a otros no hay trabas que valgan, más si existe tanto compromiso de los chicos y los profesores”, dijo Eliana, ex alumna del Nacional, actual estudiante de 3º año en la facultad de Ciencias Exactas y una de las que “sigue acercándose a colaborar”, subrayó Peña.

EL ORIGEN
En un comienzo, en el laboratorio de Química del Nacional, los estudiantes aprendieron a sintetizar cristales de óxido de cobalto, los cuales le aportan a la pintura que se usa para las pantallas colectoras un mayor poder de absorción del calor solar; de entre el 15 y el 25%.

Esa práctica los llevó a trabajar también en el mismísimo Conicet, particularmente en el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (Cindeca). Luego, en el Centro de Investigación en Tecnología de Pinturas (Cidepint) se preparó la pintura buscando la mayor adherencia y resistencia a la intemperie. La “idea base” la aportó una becaria de la UTN de Mendoza.

Ahora bien, en el Nacional no tenían los conocimientos ni los medios para fabricar el calefón. Entonces, Diego Peña habló con su compañero en el Cindeca y profesor de la Técnica 3,Carlos Toledo. “Dijo que sí, que ellos podían hacerlo, y se firmó un convenio entre ambos establecimientos”, señaló el científico.

Los chicos del industrial de Los Hornos lo contaron así: “Los paneles solares los fabricamos aquí. Son de chapa galvanizada, y dentro tienen el serpentín para que circule el agua que baja de tanques de plástico de treinta litros. Sobre cada panel pusimos un vidrio de 3 milímetros de espesor, separado de la chapa galvanizada unos 8 milímetros, para provocar el llamado efecto invernadero, que permite que todos los rayos solares sean absorbidos”.

“Como ex alumno, me parece increíble que toda el agua que se utiliza en el histórico laboratorio del colegio se vaya a calentar con luz solar”

El primer calefón solar llegó a la Primaria 15 de Ranchos, a la que Peña conocía. “Fue muy emocionante ver la reacción de los nenes, y cómo nos contaban que nunca habían tenido agua caliente”, recordó Eliana.

Sebastián, quien actualmente cursa 6º año en 1 y 49, confió que la idea le gustó porque le interesan especialmente las energías alternativas. “Además uno aprende a trabajar en equipo, y que esa forma de trabajo es fundamental”, añadió.

Su compañera Anahí comenta que es parte de aquellos que se acercaron “pese a que no nos gusta la química. Lo mío es más lo social. Pero con este proyecto comprobé que desde el colegio, trabajando tres o cuatro horas a contraturno podía cambiar el día a día de muchos”.

“Acá tenemos todo. Absolutamente todo. Y uno camina un poco y ve que hay chicos que no cuentan con lo que para uno es algo tan común que no lo valora, como abrir una canilla y que salga agua caliente”, añade Eliana.

Tras la experiencia de la Escuela Nº 15 de Ranchos, los responsables del proyecto tuvieron pedidos de muchas otras escuelas rurales. Pero se requiere financiamiento y voluntad de organismos o municipios para llegar a instalar las estructuras creadas en las aulas de los colegios.

El proyecto original fue aprobado por la secretaría de Extensión de la Universidad local. Finalmente, contó con el financiamiento de la Fundación Argentina de Nanotecnología, relató Peña.

Agregó que el proceso para la fabricación de los calefones solares que se utilizarán en el laboratorio de Química del Nacional y en un espacio a determinar de la Escuela Técnica de 63 y 139 “culminará aproximadamente a mediados de año; aquí lo tendremos funcionando para junio”, estimó el químico junto con la subdirectora y el coordinador de la iniciativa,Valeria Gasco y Ramón Fernández Urretavizcaya.

HACIA LOS TALAS
El desafío de Berisso es clave para seguir avanzando. “Lo elegimos porque es parte de nuestra región. Ahora estamos en la etapa de estudio previo”, dijeron en el colegio.

En un momento se barajó -y no está descartado- instalar el calefón solar en una escuela rural de la ciudad ribereña y en el Hogar de Ancianos.

Por el momento, el plan es -convenio mediante con la Comuna- colocar “tres calefones en el hogar”, un sitio que supo ser modelo y que ahora está “un poco desmejorado”.

Diego Peña resaltó que el emprendimiento es muy importante porque “ahora no sólo apuntamos a generar agua caliente mediante energía solar, sino también calefacción por agua a través de radiadores”.

El proyecto de extensión, subrayaron finalmente en el Nacional, es “inédito también en materia de colaboración, pues unió a un colegio de la Universidad, a una escuela técnica de la provincia de Buenos Aires, al ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, a la facultad de Ciencias Exactas de La Plata, a la Tecnológica (UTN) de Mendoza, a dos centros de investigación del Conicet y la CIC, a una escuela rural del interior bonaerense, y ahora, a un municipio de nuestra región”.

Fuente: Diario EL DIA