El Colegio Nacional, en camino a convertirse en patrimonio del país

Es un emblema platense. Y pronto puede serlo de todo el país: se presentará en el Colegio Nacional “Rafael Hernández” un proyecto para que el inmueble sea declarado Monumento Histórico Nacional. La iniciativa es impulsada por Daniel Lipovetzky, diputado y ex alumno del establecimiento, que destacó que el edificio merece ser distinguido por su valor cultural, simbólico y arquitectónico. “Es uno de los colegios secundarios más importantes de la Argentina y es necesario promover su protección arquitectónica”, señaló el legislador.

De acuerdo a lo que se explicó, si la ley prospera no se podrá tocar la fachada, ni la estructura del edificio, además se obligará a su conservación y se facilitará la obtención de financiamiento para las reparaciones que sean necesarias.

“Que sea declarado Monumento Histórico Nacional es un reconocimiento a la importancia que tiene el edificio y a su historia, tan vinculada al desarrollo de la Ciudad”, agregó Lipovetzky, quien fue presidente del centro de estudiantes y egresó en 1985.

“Es un reconocimiento a la importancia que tiene el edificio y a su historia, tan vinculada al desarrollo de la Ciudad”

El proyecto, avalado por una investigación desarrollada por profesionales de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se presentará en los próximos días en el Congreso y el lunes Lipovetzky se lo entregará a la directora del establecimiento, Ana García Munitis, en una reunión en la que también estarán Pedro Delheye y Claudio Catera, presidente y secretario de Icomos Argentina; Fernando de Rito, de la Fundación Ciudad de La Plata; el decano de Arquitectura, Fernando Gandolfi; y autoridades del área de Patrimonio de la Ciudad y la Provincia.

Se espera que el histórico establecimiento platense corra la misma suerte que el Colegio Nacional de Buenos Aires, que fue declarado Monumento Histórico Nacional.

El decano de Arquitectura, Fernando Gandolfi, realizó una investigación que sirvió como fundamento para el proyecto y en el que se destacó que el edificio del Colegio Nacional, por su situación urbana y la extensión de su fachada principal, “se vincula con la ciudad a partir de una situación de frontalidad única, potenciada por ser el punto focal de la larga perspectiva generada por la calle 49. Este carácter escenográfico lo equipara al resto de la “arquitectura monumental” de la Ciudad, construida dos décadas antes”.

Como se explicó, la obra fue la pieza clave del plan destinado a crear una Casa de estudios superiores en La Plata. Las gestiones que dieron origen a la actual UNLP se iniciaron en 1902 cuando – bajo la presidencia de Julio A. Roca y la gobernación de Marcelino Ugarte – se hizo notorio que la existencia de la Universidad Provincial creada y sustentada por Dardo Rocha, no podía sostenerse sin introducir profundos cambios en su estructura.

Aislada tanto desde el punto de vista político y académico e inserta en una ciudad que no terminaba de poblarse, la institución ideada por Rocha tuvo que optar, ante la posibilidad de su disolución definitiva, por permanecer bajo la égida nacional.

En este sentido, la fundación de la UNLP en 1905, impulsada por Joaquín Víctor González, fue la culminación de una serie de gestiones que procuraron crear una institución con un perfil científico-académico de excelencia, que se convertiría en la tercera universidad del país.

La investigación remarcó que uno de los rasgos más innovadores de la UNLP fue la intención de insertar la educación universitaria dentro de un ciclo educativo completo que contemplaba la educación primaria y hacía especial énfasis en la secundaria.

Si bien la vinculación directa entre el nivel medio y el universitario contaba con antecedentes en el país, adquirió un nuevo sentido en la UNLP ya que, según González, un plan racional de estudios secundarios era la base más firme de la nueva Universidad.

EL NACIMIENTO DE UN EMBLEMA

Ese plan racional tendría correlato físico en el proyecto edilicio del Colegio Nacional modelo que se levantaría en un predio de la “Zona de Reserva” de 18 has., concomitante al antiguo Parque Iraola y limitado por la avenida 1, las calles 47 y 50 y las vías del ferrocarril.

La obra se inició en el año 1904 en base a un proyecto elaborado por el ingeniero Miguel Olmos. Según la memoria presentada por el autor a J. V. González, la arquitectura general de los edificios lleva el sello de los estilos griegos, aunque modernizados. El plan original se estructuró en base a un eje de simetría que resulta de la continuación de la traza de la calle 49 y sobre el cual se suceden el edificio del Colegio, el Gabinete de Física, el Gimnasio y, por último, el Natatorio con graderías y vestuarios.

“De todas las construcciones sólo el extenso cuerpo del Colegio y su carácter intencionalmente monumental lo coloca en pie de igualdad con el resto de la gran arquitectura de la administración pública de la nueva ciudad. Sin embargo, en contraposición con ésta, el colegio se resuelve formalmente a la manera de una extensa pantalla impuesta entre la ciudad y el resto de las edificaciones del complejo”, se indica en el documento.

Fuente: Diario EL DIA