Con profunda tristeza despedimos a Pablo, una persona cuya grandeza humana, dedicación y pasión por la música trascendieron las aulas, tocando las vidas de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Como músico destacado y docente ejemplar, dejó una huella imborrable en todos nosotros. Su generosa entrega al arte y a la educación se manifestó en cada acción, en cada clase, en cada gesto de apoyo hacia sus estudiantes. Hoy nos toca despedirlo pero estamos seguros de que su legado vivirá en las enseñanzas que impartió y en la huella que dejó en el corazón de sus estudiantes, quienes, a lo largo de sus vidas, seguirán llevando sus palabras, sus lecciones y su ejemplo, como guía. Te tendremos siempre presente, Pablo, y te agradecemos por habernos mostrado la verdadera esencia de lo que significa enseñar y aprender.
