¡Buenas tardes! Quiero darles la bienvenida al Acto Académico de la centésima trigésima quinta promoción de bachilleres del Colegio Nacional.
Por fin llegó el día tan ansiado para el que se han estado preparando durante los últimos seis años. Quiero comenzar contándoles algo que viví hace apenas unos días. Como ustedes saben, es habitual que se acerquen las diferentes promociones para conmemorar en el Colegio sus aniversarios de egresados. Es un clásico recibir a quienes cumplen 10, 15, 25 o 50 años de bachilleres. Hace un par de semanas, me tocó recibir a la promoción 1974. Hombres y mujeres que hoy están cercanos a sus setenta años y que no habían tenido su Acto Académico porque nuestra Universidad, por ese entonces, se encontraba intervenida. Fíjense qué importancia simbólica tiene este acto que ustedes están protagonizando hoy. Pidieron, 50 años después, que les entregáramos sus diplomas de bachilleres del Colegio Nacional. Muchos de ellos son profesionales destacados, otros ya están retirados de sus vidas profesionales, sin embargo, les faltó su entrega de diplomas. Era una deuda que el Colegio tenía con ellos y que, afortunadamente, pudimos saldar.
Hoy son ustedes los protagonistas de este acto simbólico que pone fin a su vida de estudiantes secundarios. Y siempre es una paradoja despedirlos. En primer lugar, porque nos pone tristes, porque los vamos a extrañar, porque son seis años en los que los vimos crecer, madurar, afianzar sus personalidades. Pero al mismo tiempo los preparamos para este momento, para salir al mundo con las herramientas necesarias para ser protagonistas de sus futuros.
Este ha sido un año difícil. La educación pública, de la cual ustedes son parte central, ha sido cuestionada y desprestigiada, desde un lugar de gran desconocimiento de nuestra labor. No le tememos a la confrontación, al debate. Esa es nuestra esencia, de eso nos nutrimos. La vida académica se funda en el disenso. Si todos coincidiéramos, el conocimiento no avanzaría. Este país ha enarbolado en sus tiempos más gloriosos, el emblema de la educación pública, gratuita, equitativa, de calidad, garante de igualdad de oportunidades. Nuestra constitución como Nación se debe, en gran medida, a la excelencia académica que hemos alcanzado. Nuestros cinco premios Nobel, Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir, César Milstein, Carlos Saavedra Lamas y Adolfo Pérez Esquivel, son producto de la educación pública. Nuestro Colegio cuenta entre sus egresados ilustres a destacadas personalidades del mundo de las ciencias y de las artes, entre ellas a Ernesto Sábato, a René Favaloro y a Julio Palmaz ¿Qué sería hoy del mundo de la cardiología sin sus revolucionarios inventos (el by pass y el stent)? Ellos, como tantos otros, se han formado en nuestra Universidad.
Esta es la educación pública que defendemos. Este es el norte que guía nuestra labor diaria, basada en el convencimiento de que estamos en el camino correcto.
El cierre de un ciclo lectivo siempre obliga a un repaso de lo hecho.
En su último año, nuestros estudiantes, optan por materias afines con sus intereses, que intentan vincularlos con sus elecciones futuras. Consideramos fundamental despertar el interés de nuestros jóvenes en diferentes ámbitos. Es por eso que desarrollamos una intensa agenda de conferencias y talleres con personalidades destacadas de distintas disciplinas, así como visitas educativas a institutos, laboratorios, museos, centros de estudio e investigación, tanto de nuestra universidad como de otros organismos, que acompañan el dictado de las materias.
No puedo dejar de mencionar el orgullo que sentimos cuando nuestros estudiantes se destacan en distintas competencias: la Olimpíada Matemática Argentina, el Modelo ONU, el torneo de ajedrez organizado por nuestro Colegio abierto a otras instituciones escolares, los Juegos Bonaerenses.
Este año, la Biblioteca “Sergio Karakachoff” y el departamento de Lengua y Literatura, organizaron de manera conjunta, el Ciclo de lectura: “Leer para escribir”, en el que nuestros estudiantes pudieron escuchar y dialogar con escritores de la talla de Martín Kohan, Ignacio Molina, Néstor Ponce así como con los escritores docentes de nuestro Colegio, Paula Tomassoni, Esteban López Brusa, Julieta Novelli y Andrés Szychowski. Queremos agradecer a todos y cada uno de ellos por compartir los pormenores del hermoso ejercicio de la lectura/ escritura.
A esta iniciativa, se sumó la reedición del tradicional Concurso Anual de Literatura “profesor Atilio Gamerro”, que convoca a estudiantes, docentes y no docentes del Colegio, cuyos resultados se conocerán en marzo del próximo año.
Como ustedes saben, el sistema de pregrado de la Universidad Nacional de La Plata cuenta con cinco colegios. Nuestra intención es estrechar lazos tanto con la Escuela Graduada “Anexa”, de la cual nos llegan año tras año un número significativo de ingresantes, como con el Bachillerato de Bellas Artes y el Liceo “Víctor Mercante”, instituciones hermanas con las que este año hemos articulado talleres a los que indistintamente asistieron estudiantes de unos y otros Colegios. Asimismo, queremos agradecer a la Escuela Agraria “Inchausti”, por haber recibido a un grupo de estudiantes de nuestra insittución. Esperamos poder retribuirles su hospitalidad el año próximo en nuestra casa.
Una mención especial merece este año, el egreso de la primera cohorte del Bachillerato en Energía y Sustentabilidad, una iniciativa de innovación pedagógica, iniciada durante la gestión de Ana María García Munitis, desarrollada de manera conjunta por nuestro Colegio y la Facultad de Ingeniería de nuestra Universidad. Este bachillerato orientado vuelve a poner en valor los principios fundacionales de los colegios de pregrado de la Universidad Nacional de La Plata: su carácter experimental. Aquí se diseñan propuestas académicas de diversa índole que luego compartimos con otras instituciones educativas. El Bachillerato orientado es una de ellas y hoy me enorgullece despedir a 12 divisiones, en lugar de las acostumbradas 10, como todos los años. Queremos agradecer a las autoridades de la Universidad Nacional de La Plata, a su presidente, Martín López Armengol; a sus vicepresidentes Académico e Institucional, Fernando Tauber y Andrea Varela; al decano de la Facultad de Ingeniería, Marcos Actis y a la Fundación Florencio Pérez por el acompañamiento recibido para la concreción de este proyecto, que en marzo contará con una sede propia en Gonnet.
La formación que reciben nuestros estudiantes no es solo académica, también trabajamos desde primer año para formar ciudadanos responsables, comprometidos con la realidad. Todos los años, nuestros jóvenes participan de una campaña de donación de sangre, de proyectos y colectas que ponen de manifiesto la solidaridad de toda la comunidad educativa del Colegio Nacional. Este año, a instancia de los estudiantes del bachillerato orientado, se realizó una colecta de plástico para reciclarlo y convertirlo en bancos.
Procuramos mantener una variada oferta de capacitación para nuestros docentes y no docentes, muchos de los cuales se han incorporado este año al Colegio mediante las regularizaciones y la sustanciación de concursos. En este sentido quiero destacar la recientemente finalizada capacitación en “Inteligencia Artificial Generativa en Educación Media”, organizada por la Coordinación de Aula Extendida de nuestro Colegio, que contó con una nutrida participación de docentes del CNLP, Liceo “Víctor Mercante”, Bachillerato de Bellas Artes, Escuela “Inchausti” y de distintas facultades de la UNLP. Es fundamental que nuestros profesores cuenten con herramientas y conocimientos teóricos que les permitan implementar estrategias en el aula con estas nuevas tecnologías tan familiares para nuestros estudiantes.
Próximo a cumplir sus 140 años de vida, el Colegio Nacional se ha convertido en un referente de nuestra comunidad. Es por eso que desarrolla una tarea de extensión universitaria estableciendo un compromiso vincular con diferentes actores comunitarios. El Colegio cuenta con una Prosecretaría de Extensión Universitaria, que le permite planificar acciones concretas de intervención en nuestro territorio.
Diariamente el Colegio Nacional recibe un número cercano a los 1800 estudiantes. Esto nos obliga a la recuperación y mantenimiento permanente de espacios. Como pueden imaginarse, la puesta en valor de un edificio de más de cien años es un esfuerzo enorme para el que siempre contamos con el apoyo de la Universidad. Queremos agradecer tanto las obras llevadas adelante este año, así como los televisores led y computadoras que nos han entregado para que nuestras aulas cuenten con posibilidades multimediales.
También queremos destacar la solidaridad y el compromiso de nuestros estudiantes y sus familias puestos de manifiesto en su colaboración con la Asociación Cooperadora del Colegio Nacional, una organización sin fines de lucro, integrada por padres, que llevan adelante con muchísimo esfuerzo y dedicación una tarea encomiable que se traduce en beneficios para toda la comunidad educativa. A quienes colaboran con la Cooperadora, muchísimas gracias.
Quienes tuvimos el privilegio de transitar por las aulas, por las galerías, por los patios de este querido Colegio Nacional, compartimos con distintas generaciones un sentimiento de pertenencia difícil de explicar. Hoy ustedes se suman a esas promociones. Y este sentimiento no solo pertenece a quienes fuimos estudiantes sino también a sus docentes y no docentes. Este ha sido un año en el que nos ha tocado despedir a muchos compañeros con los que compartimos nuestras vidas. No quiero dejar de recordarlos y de decir que siempre estarán vivos en este, nuestro querido Colegio Nacional.
Promoción 135 llegó el momento de despedirlos.
Por nuestra parte, solo nos queda augurarles lo mejor porque estamos convencidos de que tienen las herramientas necesarias para iniciar esta nueva etapa de sus vidas.
Estoy segura de que tal como dice la frase que los identifica como promoción “Nos volveremos a ver”. Quiero reafirmarlo diciéndoles que esta es y será siempre su casa, que las puertas del Colegio Nacional estarán siempre abiertas para ustedes, que siempre va a ser un placer recibirlos, de hoy en más, como egresados. Nunca olviden que sus raíces están aquí, en este Colegio que se enorgullece de haberles brindado una educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad.
Promoción CXXXV, no les digo adiós sino hasta pronto porque nadie se va para siempre del Colegio Nacional.