Herenia Sánchez Viamonte

Una vida de compromiso con la historia, los derechos humanos y la memoria

Herenia Sánchez Viamonte es una figura emblemática en la defensa de los derechos humanos, la memoria histórica y la justicia en Argentina. Madre de Plaza de Mayo y profesora de Historia en el Colegio Nacional, su vida ha estado marcada por una profunda vocación por la enseñanza y la lucha por la verdad y la reparación de las víctimas del terrorismo de Estado.

Nacida en el contexto de una Argentina convulsionada por las dictaduras militares, Herenia formó parte de las Madres de Plaza de Mayo, un movimiento que, desde sus primeras marchas en 1977, se levantó en defensa de los derechos humanos y la desaparición forzada de miles de personas.

Este compromiso la llevó a participar activamente en la denuncia de la violencia de Estado, un papel que desempeñó con valentía y determinación a lo largo de las décadas.

Además de su trabajo en defensa de los derechos humanos, Herenia fue profesora de Historia en el Colegio Nacional, donde cautivó a generaciones de estudiantes con su pasión por el conocimiento y su convicción de que el estudio de la historia es esencial para la construcción de una sociedad más justa. Su rol como educadora la convirtió en un referente dentro de la comunidad educativa, y su participación activa en las actividades del colegio fue siempre un ejemplo de generosidad y compromiso.

En 2022, Herenia fue reconocida por su labor cuando el Concejo Deliberante de La Plata la declaró Ciudadana Ilustre, un homenaje a su trayectoria y a su incansable trabajo en pro de los derechos humanos. Al año siguiente, en 2023, recibió un nuevo reconocimiento, esta vez en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, por su destacada contribución en la promoción de la memoria y la justicia.

Siempre vinculada con nuestro Colegio, Herenia presidió, en los últimos años, la Comisión de Reparación de Legajos de Víctimas del Terrorismo de Estado del Colegio Nacional. En este rol, lideró la reconstrucción de la memoria de aquellos estudiantes, docentes y no docentes que fueron víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura militar. Su labor en esta comisión no solo fue un acto de justicia histórica, sino también un acto pedagógico, puesto que permitió que las nuevas generaciones pudieran conocer la verdad detrás de los legajos de aquellos que sufrieron la represión.

El Colegio Nacional siempre le estará profundamente agradecido por su constante disposición para colaborar y participar activamente en los proyectos a los que se la convocaba. Su presencia fue un faro de luz en cada momento en que se la necesitó, especialmente, cuando se trató de enseñar, recordar y reivindicar la memoria de los desaparecidos y los derechos humanos.