En primer lugar, queremos agradecer a todas las personas, tanto a las pertenecientes a la comunidad educativa del CNLP como a muchos que se han acercado al Colegio con la intención de colaborar con esta iniciativa de nuestra Promoción CXXXI.
La impotencia que nos generó el aislamiento y la imposibilidad de vivir nuestro último año en el ámbito del Colegio nos llevó a transformar lo negativo en proyectos solidarios que nos permitieran colaborar con aquellos que no cuentan con las herramientas necesarias para transitar esta situación inédita.
Como promoción consideramos fundamental dejar a un lado lo individual y enfocarnos en lo colectivo, mirando más allá de nuestro propio entorno y comprendiendo que este año no se trata fiestas y Bariloche sino de una unión en otro sentido, que nos conduce en una dirección acorde a las circunstancias.
Gracias a la empatía y al esfuerzo de muchas personas, logramos llegar a más de 70 familias de nuestra comunidad educativa.
Seguramente es un año que nunca olvidaremos pero quisimos que el recuerdo no se centrara, exclusivamente, en lo que perdimos como promoción sino en lo que ganamos. Y ganamos mucho: aprendimos a ser solidarios, a comprometernos con la realidad y a mantenernos unidos a pesar de todo.
Tendiendo puentes entre promociones
La promoción CXXI agradece la colaboración de los Bachilleres 1982.
Los años pasan pero el amor y el compromiso por el CNLP siguen intactos.
