El tiempo siguió acompañando a nuestros estudiantes permitiéndoles disfrutar de otro día maravilloso en París.
Durante la mañana continuó el avance de los trabajos con búsqueda de información y escritura de los informes. Después del almuerzo, la delegación partió rumbo al emblemático barrio de Montmartre, erigido en la colina que le dio su nombre. Conocido por ser el lugar de encuentro de numerosos artistas, Montmartre mantiene su encanto de barrio bohemio con sus típicos cafecitos y restaurantes. Allí se erige la majetruosa Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Para evitar las interminables escalinatas que conducen al Sacre Coeur, la delegación subió la colina en e funicular. Ya arriba y con una espectacular vista panorámica de la capital francesa, los estudiantes del colegio anfitrión nos brindaron información sobre esta Basílica, cuya construcción se inició en el año 1875, por mandato de la Asamblea Nacional. Su cúpula, estilo románico bizantino, tiene una altura de 83 metros y al estar ubicada en uno de los puntos más altos de París, puede verse desde toda la ciudad. En su interior contiene varias capillas y su torre tiene la campana más grande de Francia.
La visita a Montmartre continuó con un recorrido por sus típicas callecitas, en cuyos cafés se reunían y trabajaban en sus obras artistas de la talla de Pablo Picasso, Vincent van Gogh, Pierre Brissaud, Alfred Jarry, Jacques Villon, Henri Matisse, Suzanne Valadon, Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Maurice Utrillo, Henri de Toulouse-Lautrec, Salvador Dalí, Amedeo Modigliani, entre otros.
El paseo continuó hasta a la plaza de Tertre, la de los pintores y retratistas, colmada de gente.
La delegación recorrió la calle Norvis para dirigirse al Moulin de la Galette, que se convirtió en un famoso salón de baile. Cabe aclarar que Montmartre, a fines del siglo XIX, era un barrio de fincas con reigales y viñedos, que albergaba a más de treinta molinos, siendo el mencionado el único que se conserva, razón por la cual ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.
El recorrido continuó por las serpenteantes calles empedradas donde pudieron escuchar la historia de Dalida, actriz, cantante y bailarina francesa, cuyo busto se expone en una plazoleta. También conocieron la Maison Rose, famosa por ser retratada por Utrillo y por convertirse en la típica imagen pictórica de Montmartre.
Nuestra delegación visitó, también, la plaza de Marcel Aymé donde se encuentra una escultura muy original y se detuvieron en el tradicional jardín de la plaza de Abbesses, donde se encuentra el muro de los “te quiero”, una pared con baldosas en las que se encuentra grabada esta frase en todos los idiomas. El romántico lugar tiene, además, un hermoso carrousel y la estación de subte más profunda de París.
Con la visita al mundialmente famoso Moulin Rouge, cabaret fundado en 1889, nuestra delegación terminó su recorrido, cerrando una hermosa tarde al ritmo del Can – can, baile creado justamente en este sitio.